¿Quieres saber qué ver y qué hacer en La Habana?
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Si has leído alguna otra entrada del blog sobre Cuba sabrás que el tiempo no nos acompañó y en La Habana nos llovió tooodos los días. Así que teníamos que aprovechar los ratos de tregua que nos daba la lluvia para movernos y visitar la ciudad. Una vez que ya estamos de vuelta, nuestra conclusión es que con 3 días en La Habana es suficiente. Por qué? pues porque nos parecieron mucho más interesantes otros sitios de Cuba.
Ojo, La Habana es una ciudad increíble, que tiene muchísimo que visitar, pero cuando vas poco tiempo a la isla, a nuestro parecer, merece la pena pasar 2-3 días en La Habana y disfrutar de la naturaleza, las playas y el encanto de ciudades y pueblos más pequeños y acogedores de la isla.
Te dejo AQUÍ el acceso directo a nuestro Itinerario de 15 días en Cuba, por si no le has echado un vistazo todavía, para que veas cómo fuimos adaptándonos al mal tiempo e innovando sobre la marcha.

En nuestro viaje a Cuba estuvimos en La Habana en total 4 días completos paseando por la ciudad y usamos un quinto día para hacer la excursión a Cayo Largo del Sur. Una experiencia que merece muchísimo la pena y de la que te hablo en este otro post.
Nuestra ruta del viaje se vio condicionada por esta excursión que se hace desde La Habana y que para nosotros era totalmente indispensable. Si vas a quedarte en este Cayo a dormir en alguno de los resorts, podrás volar cualquier día de la semana (siempre que haya plaza en el avión), pero si lo que quieres es ir y volver en el mismo día (como hicimos nosotros) tendrás que volar un martes. Bajo nuestro punto de vista, deberías ir a este Cayo para disfrutar del mayor paraíso caribeño cubano y de una genial excursión en barco recorriendo sus aguas.
¿Inseguridad? No nos hemos sentido inseguros en NINGÚN momento a lo largo de nuestra ruta por la isla. El sitio donde quizás más podríamos sentirnos así es en la propia Habana, pero hay policías en cada esquina.
Si, como nosotros, llegas y sales del país vía La Habana, asegúrate de estar de vuelta en la ciudad al menos un día antes de la partida de tu vuelo Internacional, así no habrá nada que te estropee tu regreso. Aprovecha este último día en la ciudad para terminar de visitar lo que te haya podido quedar sin ver en tus primeros días de viaje.
Si, por el contrario, estarás en La Habana sólo a tu llegada o a tu partida, reserva esos 2-3 días de rigor para empaparte de las charlas con los cubanos habaneros, el ambiente de las calles y los paseos por sus distintos barrios.
Cuando te preguntes qué ver y qué hacer en La Habana, lo primero que debes saber es que la ciudad está dividida en zonas y las imprescindibles para nosotros, los turistas, son estas 3 (ordenadas desde la más céntrica a la más alejada):
- Habana Vieja
- Centro Habana
- El Vedado
Te cuento qué es lo que visitamos nosotros de cada una de las zonas:
1. Habana Vieja
La Habana Vieja, es la zona antigua de la ciudad. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dicen que se está restaurando y la verdad es que buena falta le hace a toda La Habana porque hay muy pocos edificios en buen estado.
Para recorrer La Habana es bastante útil llevar un mapa y tener información previa, teniendo en cuenta que la conexión a internet, a la que estamos acostumbrados, allí es muy difícil. Así que ya sabes, o llevas alguna ayuda o haces como nosotros, que nos íbamos perdiendo y encontrando cuando de casualidad nos topábamos con alguno de estos puntos o calles conocidas que te voy a nombrar a continuación.
Aunque te parezca que hay muchas cosas que ver en esta zona de la Habana Vieja, debes saber que es un barrio pequeño. Se recorre bien andando. En un paseo de una mañana o una tarde te podrás ir encontrando con todos estos puntos según vayas avanzando por sus calles. Eso sí, yo le dedicaría un día entero, disfrutando de los locales con música en directo, del ambiente y de sus gentes. Podrías añadirle la visita al Paseo Martí y al Capitolio, que están justo al lado. O bien, acercarte a última hora hasta el Morro para ver la ceremonia del Cañonazo. Se celebra en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, al otro lado del Canal de Entrada a La Bahía de La Habana. Este evento es durante todo el año siempre a la misma hora: las 21:00 . Te cuento un poco más al final del post.

¿Cuáles son los sitios que ningún visitante debería perderse en la zona de La Habana Vieja?:
- Edificio Bacardí: construído para ser la sede la compañía Ron Bacardí.
- Plaza de la Catedral: Es una de las 4 plazas coloniales de La Habana Vieja (junto con La Plaza Vieja, la de Armas y la de San Francisco de Asís). Esta plaza es un auténtico museo del barroco cubano, ya que todos los edificios ubicados en ella, incluida La Catedral, son del siglo XVIII. Aquí confluyen las calles de Empedrado y San Ignacio.
- Bar Floridita: famoso porque Hemingway se tomaba aquí sus daiquiris. Lo típico aquí es tomarte alguno de los daiquiris de la carta y hacerte una foto con la estatua de Hemingway que hay en la barra.
- Las calles San Ignacio, Obispo, Oficios, 0’Reilly y Mercaderes son de las más animadas. Están muy cerca unas calles de las otras y hay muchos locales con música en directo, incluso música en vivo en las calles.
- Plaza Vieja: En esta plaza nos encontramos con 2 sitios turísticos en puntos opuestos. Por un lado tenemos La Fábrica de la cerveza: un local en donde fermentan y destilan ellos mismos las cervezas y maltas que venden. Puedes acercarte para descansar un rato en su terraza bajo los soportales y tomarte cerveza bien fresquita. Y en la esquina justo opuesta en diagonal se encuentra la Cámara Oscura de La Habana. Una sala en la que con un sistema de poleas y espejos reflejan la imagen de las calles de Cuba, en directo, sobre una piedra blanca. Es algo muy chulo, que nosotros vimos por primera vez en Cádiz y nos sorprendió mucho. Tengo que reconocer que en La Habana nos dejó un poco indiferentes, pero es que el mal tiempo y la lluvia hacían que no se viese casi nada, asi que de nuevo te mando tarea, y, si puedes, y subes, cuéntanos luego qué te ha parecido.
- Plaza de Armas: la más antigua de la ciudad. Tiene árboles, así que si buscas una sombra, acércate hasta aquí. Tiene también un mercado de libros y objetos usados. También aquí se encuentra el bonito edificio de la Lonja del Comercio.
- Farmacia Taquechel: con una decoración muy original.
- Plaza San Francisco de Asís: está muy cerca del puerto. Sirve de puerta de entrada para los que vienen en crucero. En la plaza hay un convento con el mismo nombre y tiene un jardín muy bonito.
- La Bodeguita de Enmedio: un local muy típico de la ciudad para ir a probar sus mojitos y tomar alguna tapa. Aquí se tomaba Hemingway los mojitos y el bar sigue estando de moda. Sí, sí, en este bar era asiduo el mismo Hemingway del Floridita 😉 Nosotros simplemente nos acercamos a verlo y luego nos tomamos algo en otro sitio menos concurrido.
- Castillo de la Real Fuerza: Una fortaleza militar ubicada en La Bahía de La Habana. Está frente a la Plaza de Armas. En su torre se ubicó una veleta denominada La Giraldilla, escultura creada por Jerónimo Martín Pinzón en honor a Isabel de Bobadilla y Peñalosa, y que constituye la escultura fundida en bronce más antigua de Cuba, actualmente símbolo de la Ciudad de La Habana.
- Perfumería 1791: un laboratorio de esencias y perfumes artesanales, con fórmulas originales que se conservan desde la época colonial. Los envases están decorados por artistas cubanos y se sellan con corcho y cera.

2. Centro Habana
Aunque hablamos de otra zona de La Habana, realmente todos los puntos que te nombro como importantes en Centro Habana están lindando con La Habana Vieja, así que verás que está todo muy cerca.

Imprescindible en Centro Habana:
- Parque de la Fraternidad: es una de las puertas de entrada a La Habana Vieja. Al pasar este parque, accedes directamente al casco viejo de la ciudad.
- El Paseo del Prado o Paseo Martí: es un gran boulevard de la Habana. Una de sus zonas limita con la Habana Vieja, otra parte llega hasta Centro Habana y termina en el mar, al lado del Malecón. Tiene soportales y edificios magestusos. Aquí puedes sentirte en un remanso de paz o llegar a pensar que Cuba es una auténtica locura. Todo depende de la hora del día y del momento del año en el que pases por cada punto de esta gran Avenida.
- El Capitolio Nacional de Cuba: lo verás al entrar en La Habana Vieja. Es un edificio imponente cuya cúpula se ve desde muchos puntos de La Habana. Después de 8 larguísimos años de restauración, el 2 de marzo del 2018 reabrió sus puertas. Cuando estuvimos nosotros todavía estaban terminando las obras. Si puedes, visítalo y nos cuentas qué te ha parecido. Como curiosidad, decirte que El Capitolio de La Habana es el origen kilométrico de la red de carreteras cubanas, y después del triunfo de la Revolución, cuando fue disuelto el Congreso, fue transformado en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de la Academia de Ciencias de Cuba.Está inspirado en el Panteón de París, San Pedro de Roma y en el Capitolio de los Estados Unidos. Tiene fachada de columnas neoclásicas y una cúpula que alcanza casi los 92 metros de altura.
- Museo de la Revolución: está dentro del antiguo Palacio Residencial. Su interior fue decorado por la afamada Tiffany’s de Nueva York. Es una visita obligada para aquellos que tengan inyerés por la historia de Cuba. Si vas a visitar algún museo, deberías ir a este.
- Museo Nacional de Bellas Artes: sus obras se reparten en dos edificios junto al Paseo Martí. Tiene un total de 24 salas con colecciones de arte antiguo, salas de arte dedicadas a maestros de todos los tiempos y salas con exposiciones temporales.
- Castillo de San Salvador de la Punta: sabíamos que era importante, pero nosotros nos lo encontramos casi de casualidad. En nuestro paseo por la Habana Vieja, cuando llegamos al mar en busca del Malecón nos topamos con él y nos gustó.
3. El Vedado
Esta parte de la ciudad sí que queda realmente alejada de las otras zonas a visitar. Desde allí tardarás unos 40 minutos andando hasta esta parte. Y en esta zona también están alejados los puntos de los que te hablo entre sí, así que aunque haya menos que visitar, tardarás más porque tendrás que recorrer las distancias entre un sitio y otro. Como todo es bastante llano, el que vayas andando o no dependerá de tus ganas, del calor y del tiempo del que dispongas. Más adelante, de todas formas, te hablo de cómo moverte por La Habana.

La zona de El Vedado es muy importante por los sitios que puedes visitar en ella:
- Plaza de la Revolución: cuando escuchas “plaza” siempre piensas en una glorieta o un parque, pero no, la Plaza de la Revolución es una explanada con 72 000 metros cuadrados. Tiene gran valor histórico puesto que ha sido escenario de varios actos y acontecimientos de la Revolución de Cuba, de aquí su nombre. El famoso mural del Che Guevara está en la fachada del edificio del Ministerio de Interior . Y el otro mural es la imagen del héroe de la revolución Camilo Cienfuegos en el edificio del Ministerio de Informática y Comunicaciones.
- Memorial a José Martí: se encuentra en el centro de la plaza. Es un gigantesco monumento de casi 142 metros de altura y 78,50 metros de diámetro. Es la estructura más alta de La Habana. El monumento tiene un museo y un mirador a 129 metros de altura desde donde las vistas de La Habana son bien chulas. Justo delante de la torre, hay una estatua de Jose Martí sentado y pensativo.
- Universidad de La Habana: es la más antigua de Cuba y una de las primeras de América. El edificio principal fue construído en 1728, pero como universidad comenzó en 1902. Fue declarada Monumento Nacional en 1978. Se cursan 32 carreras y hay matriculados unos 60.000 estudiantes. Uno de los sitios más conocidos de la Universidad es la parte inferior de la escalinata. Aquí está el Monumento a Julio Antonio Mella. Un líder estudiantil que fundó el Primer Partido Comunista cubano en 1925. Fue asesinado por orden del dictador Machado en Ciudad de México. Tenéis que tener cuidado con los estudiantes universitarios, más bien con los «falsos estudiantes». Cuando visitáis la zona, enseguida se acercan «estudiantes» dispuestos a enseñaros el recinto y a contaros parte de la historia de Cuba. No te dejes engañar, o sí, si queréis entreteneros un rato, porque, todo sea dicho, los cubanos tienen mucho arte y seguro que pasáis un rato agradable, pero al final lo tendréis que pagar, literalmente, así que ya estáis avisados.
- Callejón de Hamel: Para nosotros, otra visita obligadísima en esta gran ciudad. Este callejón es uno de los principales focos de cultura afrocubana que hay en La Habana. Su historia se remonta a los años 90, cuando empezó a gestarse este proyecto cultural comunitario que ha dado como resultado una especie de galería al aire libre. Fernando Belleau Hamel, era un ciudadano estadounidense de origen franco-alemán que compró unos terrenos en la barriada de Cayo Hueso a principios del siglo XX. Allí puso en marcha un negocio de materia prima y fundición y dio trabajo a población negra y china. Incluso les construyó casas para que vivieran. Y en honor a este hombre se llamó así este callejón, ubicado en la zona de Cayo Hueso, entre las calles Hospital y Aramburu, muy cerca del Malecón.
El tema de porqué está así decorado no tiene nada que ver con Hamel. Las pinturas y toda la decoración se deben a Salvador González Escalona (escultor y muralista cubano) al que un vecino del callejón le pidió que le pintara la fachada de su casa y cuando éste vio el mal estado de las fachadas, decidió arreglarlo entero y dar rienda suelta a su imaginación con la finalidad de plasmar y difundir los orígenes africanos de la identidad cubana.
Nosotros no pudimos ir, pero los domingos a partir de las 12, la música afrocubana en directo es la protagonista, acompañada de bailes y cantos. Además, el último sábado de cada mes hay talleres de pintura para niños. También hay representaciones de teatro y conferencias, tanto de cultura afrocubana como de cultura cubana en general. - Hotel Habana Libre: para nosotros fue una visita obligada. Nos acercamos hasta aquí para contratar la Excursión a Cayo Largo del Sur. En el hall de entrada del hotel, a mano derecha, está la oficina turística más eria y formal que nos encontramos en La Habana. Aquí te darán información sobre las excursiones, viajes y rutas que puedes hacer en La Habana y contratar con ellos.
- La famosa heladería Coppelia: caminando por la amplia Avenida 23 desde el Hotel Habana Libre hacia el centro nos encontramos con la primera de esta cadena de heladerías que hoy en día podemos ver en las principales ciudades de Cuba. A nosotros nos pasó una anécdota muy curiosa. Aquí, sin querer, nos pusimos en la cola de los cubanos para tomarnos nuestro helado. Cuando llegó el momento de atendernos nos explicaron que sólo podíamos pagar con CUP. Llevábamos 40 minutos en la cola, así que Sergio echó mano al bolsillo y, de casualidad, encontró unas monedas que le habían devuelto en un quiosco. Teníamos 9 CUP = 40 céntimos de Euro y eso nos daba para comer tres bolas de helado cada uno. No había más que hablar. Increíble!
- El Malecón: Pasear por El Malecón habanero es algo que tienes que hacer sí o sí cuando visitas La Habana. Eso leímos en todos los foros viajeros y eso hicimos. Fue construido en 4 tramos desde 1901 a 1952. Dicen que es casi igual al de Cádiz y la verdad es que se parece muchísimo. Incluso parece que el de La Habana es más antiguo, pero es una copia del de Cádiz que data de bastante antes. Aunque si nos fijamos en el valor simbólico, el gaditano es, desde luego, el hermano menor del caribeño, mundialmente conocido. Nosotros fuimos en nuestro primer día y llovió durante un buen rato. Además el mar estaba embravecido y estuvimos un rato paseando esquivando el agua y las olas que entraban al paseo. Luego volvimos un par de veces más hasta aquí y hacía mejor tiempo, incluso acabó saliendo un día un ratito el sol. Sin embargo, ese rato esquivando el agua siempre quedará en nuestro recuerdo como un rato de risas compartidas, que son las que mejor sientan! Sea como fuere, pasea por el Malecón, no te dejará indiferente!

La ceremonia del cañonazo
Mención a parte merece La Ceremonia del Cañonazo. Primero porque no está en ninguna de las zonas de las que te he hablado hasta ahora y, segundo, porque merece mucho la pena acercarse hasta aquí y no deberías perdértela.
Esta ceremonia se celebra en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, al otro lado del Canal de Entrada a La Bahía de La Habana. Justo enfrente del límite marítimo de la Habana Vieja.
La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña era, junto con la fortaleza de San Salvador de La Punta y el Castillo de la Real Fuerza de La Habana, el mejor método de defensa de la ciudad frente a cualquier ataque enemigo o pirata.
Para llegar hasta este otro lado de la bahía puedes ir en bus o taxi. Nosotros no terminamos de encontrar la parada de autobús y, como éramos tres, negociamos con un taxista y por 5 CUC (4€) en total, nos acercó hasta la misma puerta. A la vuelta nos fue más complicado negociar y no conseguimos ningún taxi por menos de 10 CUC (8€), pero entre que era ya muy de noche y estábamos cansados, no nos importó pagar a precio de turistas. Si a ti tampoco te parece un precio desorbitado, no te preocupes por encontrara algún coche libre. En cuanto salgas de ver la ceremonia, los taxistas y conductores te abordarán uno detrás de otro, hasta que alguno consiga convencerte y llevarte.
Desde la fortaleza se puede disfrutar de una de las vistas más espectaculares de la ciudad, sobre todo al atardecer, con el litoral, los pescadores, los botes y La Habana justo enfrente que comienza a iluminarse. Además, horas antes de la ceremonia, las calles y plazas de la fortaleza se llenan con un mercadillo de artesanía, así que merece la pena ir con tiempo.
Para entrar, dispones de varias opciones. Nosotros cogimos la entrada que vale 8 CUC (6,70€). Con esta entrada accedes al recinto del castillo y puedes visitar todas las dependencias en las que hay exposiciones y paneles con información e historia. Podrás recorrer la arquitectura colonial del castillo, visitar las baterías, capillas, puentes, barracones, bodegas y murallas, el faro y la que fue oficina del Che Guevara.
A eso de las 20:00 nos pusimos en primera fila para ver la ceremonia. Teníamos dudas de cuál sería el cañón que iban a disparar ese día, pero enseguida nos informaron los trabajadores del castillo de cuál era el protagonista del día y allí nos quedamos esperando, justo al lado de una de las cadenas que acotan la zona en la que más tarde se celebraría la ceremonia.
Hay otras entradas que son más caras. Unas porque la visita es guiada, y quizás sí que pueda estar interesante que te cuenten bien la historia del castillo, aunque ya te digo que hay paneles e infografías con mucha información. Y otra de las entradas tiene un «acceso a palco y zona vip». Dudamos muchísimo sobre si comprar esta entrada o no, y tengo que reconocerte que menos mal que no lo hicimos! Resulta que la zona vip consiste en unas sillas resguardadas bajo una pérgola, ubicadas en la parte baja de la fortaleza y desde allí se ve bastante mal el desfile y la ceremonia. Te dan un refrigerio y un sandwich, pero lo importante es lo importante y se trata de ver bien la ceremonia. Conclusión: el acceso VIP no merece la pena.
¿Y en qué consiste el cañonazo?
Cada noche a las 21 h se produce una detonación por un pelotón de cadetes de artillería, vestidos como militares españoles de la colonia, con casacas, sombreros de tres picos, bayonetas y pelucas blancas.
Con esta ceremonia, recuerdan el disparo de cañón que en la época colonial anunciaba el cierre de las murallas que rodeaban la ciudad durante la noche, para evitar ataques de piratas y corsarios, además de que era esencial para la organización de la vida social de los habaneros.
No te dejo fotos ni vídeos del evento para no adelantarte nada. Ya sabes, no todos los días se puede ver en directo un cañón lanzando un fogonazo, así que anímate y vete a verlo en persona!
¡¡¡ENHORABUENA por semejante blog!!!! Me he quedado enamorada de tus fotos. Prometo leerme de cabo a rabo tus post. La dedicación y el esfuerzo son demasiado para que se quede ahí flotando por la red. GRACIAS por tanto!
Muchísimas gracias! Qué alegría que tú guste y qué valores tanto mi trabajo. Personas como tú sois las que le dais sentido